Como alguno/a sabrá ya, me estoy volviendo un gran fan de Dilbert. Es muy difícil que vea un capítulo o lea una tira cómica sin aprender algo nuevo sobre la condición humana. La culpa la tiene la mente brillante de su creador, Scott Adams.
Resulta que en uno de mis apasionantes viajes por Internet (a los que me llevo el bocata a cuestas) me encontré con unos consejilllos del amigo Scott sobre inversiones, después de haber terminado el examen de OG no me apetecía mucho, pero le di una oportunidad sólo por ser él, no me arrepiento de haberlo hecho.
Geniaco, cuando pueda me compraré media Renfe, Orange y alguna otra.
1 comentario:
Sólo tengo una cosa que decirte:
¡¡Ojete!!
(y luego os metéis con los telecos...)
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